Al encontrarnos de frente con el impostergable hecho de que tenemos que reintegrarnos a nuestras vidas cotidianas que como consecuencia del Virus Covid-19, de manera forzosa debimos abandonar hace aproximadamente siete meses, tiene que quedarnos claro que este regreso a la “Nueva Normalidad” no significa que hemos eliminado la pandemia y que podemos abandonar el protocolo establecido para evitar el contagio. Hay que intensificar la disciplina en el distanciamiento, higiene y el uso de la mascarilla, como imposición por no cumplir con las dos primeras.
Bajo esta nueva realidad que se impone en nuestro país, donde múltiples nucleos familiares han resultado con uno o más de sus miembros fallecidos, en muchos casos los cabezas de familia; pérdida de aproximadamente un millón de empleos, un número indeterminado de pequeñas y medianas empresas que no podrán reabrir sus puertas, lo que implica más desempleo; y la dificultad económica que deberán enfrentar muchas de esas que intentarán seguir operando debe llamar la atención de las Autoridades del Gobierno, que en coordinación con el Sector Privado deben desarrollar un plan conjunto que garantice la salud de los ciudadanos, a la vez que ponga en marcha de manera positiva la Economía del país.
A propósito de plan, los impuestos sugeridos por el Equipo Económico del Gobierno en el Proyecto de Presupuesto Nacional para el año 2021 al salario No.13 y a los beneficios de las empresas que contra vientos y mareas se matuvieron operando para brindar servicios a quienes lo requirieran en medio de la pandemia; en un momento donde el sólo hecho del mal manejo de las informaciones y las orientaciones eran motivo de estrés; entendemos que es un sin sentido y que pone al Administrador del Gobierno en dificultades al tener que hablar al pueblo para explicar ese tipo de desaciertos.
Si hemos llamado desacierto a lo anterior, tenemos que llamar temeridad a la conducta exhibida por una parte de los ciudadanos puertolateños que desde antes del 1° de este mes de octubre, fecha en que se aperturó el Turismo en República Dominicana, sin guardar el menor cuidado han mantenido abarrotados los centros de expendios de comida rápida y bebidas alcohólicas, así violentando el llamado “Toque de Queda”.
Este tipo de inconducta ciudadana atenta contra el éxito esperado del plan de integración a la “nueva normalidad”, a la vez que nos expone a un rebrote de la letal enfermedad y consecuentemente un retroceso en la apertura económica.
Es evidente que una franja importante de la población, de manera irresponsable y en plena desobediencia se resiste a asimilar y a poner en práctica el protocolo para frenar el Covid-19, se denota además, la falta de autoridad y/o cansancio de las autoridades correspondientes para poner el orden y hacer cumplir las disposiciones al respecto.
Debemos resaltar que, el que podamos recojer los frutos positivos del regreso a la “nueva normalidad” es responsabilidad de todos, de lo contrario sufriremos y pagaremos de igual manera las consecuencias que ya conocemos de un rebrote de la pandemia en nuestro entorno.
Por eso, aunque entendemos que nuestras autoridades están interesadas en que la población se integre sin traumas a la vida social y productiva, nos llama poderosamente la atención la motivación que hacen a las familias para que busquen financiamiento y hagan turismo interno; máxime cuando toda la población conoce lo “poco solidaria que ha sido la Banca Nacional” con sus acreedores en este momento crucial de la pandemia.
Bueno es hacer notar que un porcentaje importante de las personas que hacemos opinión, en ocasiones pensamos que en “nuestras verdades”, muchas veces interesadas, se encierran las de los demás; actitud que en un momento tan delicado para la vida de los seres humanos que nos rodean, debemos deponer.
Al concluir, entiendo que para el momento que estemos operando en la “nueva normalidad” y cuando se hayan modificado o retirado algunos Planes Sociales, debemos tener un proyecto integral de seguridad ciudadana y combate a la delincuencia; asignar los recursos que sean necesarios para: los hospitales públicos y apoyar a las pequeñas y medianas empresas; un programa de orientación para explicar a la sociedad el impacto positivo y negativo que tendrá la educación a distancia a corto y mediano plazo; pero sobretodo guiar el proceso de aprendizaje en el manejo de crisis. A la vez capacitar y desarrollar equipos de técnicos- profesionales que promuevan la RESILIENCIA para que nuestra sociedad resurja como el Ave Fenix.
ROQUE J. DE LEÓN B. (MAE)
DIPLOMADO EN COMUNICACIÓN SOCIAL INTEGRAL
MIEMBRO DEL: SNTP Y SINLOPP
