Las tres causales y nuestro Código Penal

Roque De León

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Hoy asumo la responsabilidad de tocar un tema que para nuestra sociedad por muchos años ha sido y sigue siendo un oscuro tabú: “el aborto” y las tres Causales propuestas en la modificación del Código Penal Dominicano.

¿Realmente es este un asunto de vida, ético-moral, religioso, educación, concienciación o de intereses encontrados?

Hace aproximadamente treinta año sufrí la pérdida de mi primera bebé al nacer, por la absorción de meconio o sus primeras heces, fue muy doloroso; a pesar de la misión especial que “yo” le había asignado, entregarla a mi madre para intentar consolarla por la pérdida de dos de mis hermanos en accidentes recientes por separado en ese época, eso no fue posible.

El tiempo de Dios es perfecto, posiblemente me autocreaba un gran problema con mi esposa por no consultarle esa intención, confieso que si en ese momento debía elegir entre las vidas de mi compañera y mi inolvidable “Romairy”, es seguro que mi respuesta inequívoca sería que siga viviendo la madre, en este momento mi pensamiento es el mismo. Hoy tengo tres hermosas joyas (hijos) que ayudé a pulir con mis pensamientos y manos, la más joven cuenta con 26 años.

No podemos hablar de esa manera cuando el hijo es el resultado de una violación sexual, más bien representa un trauma permanente para la madre violentada, sus familiares más cercanos, para el fruto de ese acto abominable y en definitiva, golpea a la sociedad.

De todos nosotros es conocido que los niveles de avances tecnológicos de este tiempo nos facilitan conocer desde el inicio de cualquier embarazo las condiciones generales en las que podría nacer cualquier bebé.  Por lo que no entendemos por qué se insiste en permitir el crecimiento y desarrollo de un feto que más tarde que temprano la familia sufrirá la más grande de las tristezas, su pérdida física.

Al analizar las famosas “Tres Causales” cada uno de nosotros debe estar dispuesto a, sin ningún tipo de miedo o prejuicio emitir nuestras opiniones concienciadas al respecto. 

No es posible que por miedo a enfrentar algunos intereses, los políticos en los cuales hemos delegado nuestra representación como es el caso de los legisladores, no sean capaces de resolver situaciones latentes y pendientes desde hace muchos años como es el caso del “Código Penal Dominicano”.

Las alegadas deficiencias existentes en nuestro vigente Código Penal son las que permiten las tantas excusas en el sistema judicial para que los verdugos, que en muchas ocasiones crean dentro de algunas de las causales sus víctimas, anden adorando a Dios y al diablo bajo la más vergonzosa impunidad.

Esa misma impunidad es la que permite que la Industria Farmacéutica, al más alto nivel, comercialice millones de pesos en diferentes modalidades de abortivos que atentan contra la vida de una inmensa cantidad de niñas, adolescentes, mujeres jóvenes y de todas las edades, eso a nadie le llama la atención.

Es una práctica que debe ser frenada por corresponderle la responsabilidad de atentar contra la tranquilidad y existencia de las familias, ya que, aunque quienes consumen esos productos físicamente no mueran en el momento de la ingesta, emocionalmente ya lo están porque al pretender concebir, en la mayoría de los casos estas quedan estériles.

Como sociedad, esto tiene que llamarnos a reflexionar y determinar si podemos y queremos seguir viviendo al estilo de los tiempos de la caverna o si por el contrario de forma concienciada y educada accionamos poniendo en práctica los valores éticos-morales para hacer respetar la vida de los individuos en su justa dimensión; colocando a un lado los intereses de grupos poniendo en relieve asuntos pendientes e indispensables para que funcionen algunos órganos vitales en el quehacer de la vida nacional. 

Necesitamos un Código Penal Integral que desgarre las máscaras a los hipócritas que manipulan la aplicación de justicia bajo el alegato de que muchos casos criminales quedan impunes por las debilidades en el mismo.

Corresponde al pueblo Dominicano crear las condiciones para que no perdamos vidas de forma indiscriminada y se aplique la verdadera justicia; a los Legisladores cumplir con sus responsabilidades para las que fueron electos, legislar para todos tomando las decisiones correctas.

ROQUE J. De León Borbón

DIPLOMADO EN COMUNICACIÓN SOCIAL INTEGRAL

MIEMBRO DEL: SNTP Y SINLOPP

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