¿Quién debe cerrar las puertas?

Roque de León

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Ante la actitud que con frecuencia toman algunas instituciones y ciudadanos haitianos de cerrar las puertas fronterizas de República Dominicana y Haití para interrumpir el comercio bilateral entre ambos países, en una supuesta represalia por las deportaciones de sus compatriotas ilegales en el territorio nacional; cabe preguntar: quién tiene reales razones para cerrar las puertas?

Históricamente nuestro país ha asumido una gran cuota de sacrificio en las diferentes áreas de la producción nacional y de servicios para beneficiar a nuestros vecinos con los que compartimos parte de la isla La Española, sin exigirles nada a cambio.

Dentro de esos sacrifios podemos mencionar: soportar campañas promoviendo descrédito e irrespeto internacional por supuestos maltratos a inmigrantes ilegales del vecino país cuando en realidad lo que hacemos es cumplir a medias con el mandato de nuestra Legislación en materia migratoria; soportar irrespeto como son los insultos de organizaciones e individuos haitianos que creen poder imponer su estado de desorden en la parte fronteriza que nos corresponde como dominicanos; cierre de las puertas en las áreas del entorno de las fronteras; el daño causado a nuestra imagen internacional al igual que a la economía por el permanente tráfico ilegal de todo tipo apoyado en su falta de control en las vías marítimas y terrestres; los niveles inflacionarios y escasez en los rubros alimenticios de primera necesidad por tener que suplir la incapacidad para producir lo elemental para su alimentación; falta de atención médica a nuestras gentes por brindar servicio humanitario a los nacionales haitianos ilegales, entre otros.

Dentro de esos sacrificios no podemos ignorar la exposición a enfermedades infecto-contagiosas consideradas como extinguidas en el mundo pero que en Haití continúan vigentes y, la permanente exposición a los constantes conatos de corrupción por parte de los responsables de velar y resguardar nuestros derechos fronterizos y migratorios.

A pesar de todo no culpo a las «autoridades haitianas» ni a sus «representados» porque hemos tenido habitantes y autoridades por muchos años que distan de ser ciudadanos ni patriotas dominicanos ya que hay entre ellos, los que se han prestado y posiblemente continúan prestàndose para hacer y permitir que se hagan todo tipo de negocios ilícitos en nuestra convulsa frontera.

Tenemos que alertar a los habitantes y ciudadanos de nuestro país porque muchos de esos que hoy se pintan de padres de la patria para intentar convertir y capitalizar un tema-país como herramienta política a su favor, son los mismos que desde la administración de las instituciones públicas permitieron y motivaron el desorden migratorio que hoy vivimos y no sólo de los vecinos haitianos sino de diversas nacionalidades; encontrándose entre sus huéspedes personajes del delito internacional contados entre los más buscados por las autoridades judiciales del mundo.

En los últimos meses el gobierno dominicano en diferentes cumbres y encuentros internacionales a través del propio Presidente y la Cancillería ha solicitado a los Organismos Internacionales asumir la responsabilidad de organizar al pueblo haitiano antes de que sea demasiado tarde y, se acabe el tiempo, sin obtener respuesta alguna a menos que no fuera una evidente falta de respeto en la acusación de maltrato a los ilegales por parte de la embajada de uno de los países que se dice, tiene mayor inversión en ese desafortunado territorio, cosa que es inaceptable.

Ante esa situación nuestras autoridades deben estar dispuestas a aplicar la Ley en su máxima expresión a cualquier persona o institución que estén relacionadas con los actos de corrupción en el área fronteriza para así generar confianza y recibir el apoyo de todos los sectores nacionales en la tarea de depuración y deportación de ciudadanos extranjeros ilegales sin importar su nacionalidad; siempre haciendo cumplir y cumpliendo con: el respeto a nuestro territorio y a nuestras políticas y normas nacionales e internacionales en materia migratoria.

La mejor evidencia como respuesta a las acusaciones malfundadas de violación a los derechos humanos de los ilegales es, que en la frontera de Estados Unidos con México la vigilancia de los primeros, a caballo sogas en manos enlazan, como en el viejo Oeste, a los inmigrantes ilegales como si fueran animales, eso aquí aún no lo hemos visto, agréguele la movilidad de tanquetas de guerra en su entorno fronterizo.

Este es el mejor momento para cerrar filas en la búsqueda de un mismo objetivo, demostrar, no a los que huyen de Haití tratando de sobrevivir a la tragedia de ese país sino a los mercantiles de la política de ese territorio hermano que podemos seguir compartiendo la misma isla, que podemos continuar el intercambio comercial aunque organizado y bajo controles que permitan se beneficie la colectividad a través del cobro de los impuestos correspondientes; que conocemos las pretensiones de grupos interesados en romper las negociaciones formales o no con República Dominicana para beneficiar a otros y a eso tienen derecho, lo que no permitimos ni podemos permitir es que quieran imponernos cosas en nuestro territorio que tanta sangre nos ha costado para poder decir que somos y seguiremos siendo soberanos.

Cuidado con la politiquería en República Dominicana donde este es un tema muy sensible y de vital importancia para todos; debe quedar claro que nuestro país tiene sobradas razones para cerrar las puertas fronterizas y no abrirlas nunca más!!

Roque J de León B. (MAE)

MIEMBRO DEL SNTP Y EL SINLOPP

DIPLOMADO EN TÉCNICAS DE COMUNICACIÓN SOCIAL INTEGRAL

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