Nuevo sistema penitenciario y de justicia: Motivo de indiferencia ciudadana hacia la delincuencia

Roque De León, articulista de El Atlántico

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En reiteradas ocasiones escuchamos decir a las autoridades Policiales y del Ministerio Público responsables de perseguir y controlar la delincuencia, que los ciudadanos impactados por ese flagelo que nos golpea y aplasta no colaboran en el desarrollo de un plan efectivo para la persecución de esta, ya que sólo hacen denuncias mediáticas quedando los robos en el punto negro o desconocidos.

Posiblemente tienen razón dentro de la impotencia que ha de generarles no poder dar respuestas a quienes de forma digna y responsable trabajan y se esfuerzan para formar y desarrollar familias decentes; mientras muchos de ellos lejos de representar la solución son parte del problema.

Pero dentro de sus inocentes excusas para justificar el incumplimiento de su responsabilidad y deber, ignoran que quienes asumen cumplir con querellarse contra sus verdugos cargan por su propia cuenta los costos del proceso más asistir constantemente a las audiencias de revisión a la que tienen derecho los “internos”, que además de vivir a su manera como príncipes en las cárceles modelos, se les proporciona de gratis, la mejor de las defensas.

Un abogado o firma de abogados con buen nivel de competencia cobra mínimo cincuenta mil pesos por audiencia, sume usted desde la medida de coerción al imputado, revisiones a esta, juicio de fondo, reenvíos, apelaciones y posteriores revisiones periódicas a las que tienen derecho; más los gastos incidentales en los que se incurre.

A nadie que le quitan un celular en una calle cualquiera se le ocurre en su sano juicio seguir un calvario como el descrito, además de tener que soportar el irrespeto de quienes dicen ser abogados de la barra contraria.

Siempre tengo presente que en una audiencia seguida a un ciudadano que me asaltó en el centro de la ciudad a las 11:30 a.m. de un 28 de diciembre, uno de sus abogados se atrevió a preguntarme con todo el desparpajo posible que si le había visto un tatuaje a su defendido; como si fuera yo un ignorante.

No debe ser posible en el Sistema Penitenciario y de Justicia híbrido que tenemos, que luego de un imputado ser juzgado con correcta aplicación de la Ley, además de las apelaciones normales a las que tiene legítimos derechos, haya que constantemente revisar la sentencia como si no estamos seguros de que la decisión tomada es la correcta.

Entiendo el término y las intenciones de regeneración o rehabilitación del “interno”, lo que no comprendo es si contamos con un equipo multidisciplinario de profesionales, que asume desde que este es ingresado al centro hacer los estudios de los hemisferios de su cerebro para determinar si lo tratan como enfermo o como delincuente; además de determinar si es congénito o aprendido para abordar la familia.

La regeneración o rehabilitación de los “internos” debe ser acompañada de áreas técnico- vocacionales especializadas donde estos puedan desarrollar un oficio, que acompañado de los talleres de relaciones humanas, disciplina, honestidad, responsabilidad, respeto y concepto de familia le facilitan la inserción como un ser útil a la sociedad.

Para esa delicada labor de reeducación y formación, además del INFOTEP y las instituciones de Educación Superior, las alianzas pueden ser con propietarios de: talleres industriales, artesanales, construcción y venta de muebles, reparación de equipos electrónicos; proyectos de producciónes agrícolas y de hortalizas controladas, entre otros.

Para dar responsabilidad y confianza a los internos se le coloca un brazalete con micrófono integrado, además de proporcionarles el transporte para que asistan a su lugar de formación práctica. A la vez crear un fondo para apoyar a los que cumplan con su proceso de reintegración y quieran iniciar su propio negocio, de esa manera les aportamos como individuo y garantizamos tranquilidad a su familia y a la sociedad.

A los delincuentes de la evasión de impuesto y lavado de activo, conjuntamente con la proporción de los políticos que venden ilusiones a la población para luego apropiarciarse de los recursos que deben ser dedicados a mejorar el nivel y calidad de vida colectivo, hay que aplicar la proporción de la ley que corresponde y expropiar los bienes robados para la rehabilitación e integración económica y social de los internos, incluidos ellos.

Si conocemos los delincuentes y sus áreas de operación, sólo falta que los cuerpos represivos, el Ministerio Público, los responsables de administrar justicia y los profesionales del derecho como sus auxiliares asuman la responsabilidad.

La delincuencia no se combate con fanatismo ni populismo, es haciendo cumplir la Ley igual para todos.

ROQUE J. DE LEON B. (MAE)
DIPLOMADO EN TECNICAS DE COMUNICACÓN SOCIAL INTEGRAL
MIEMBRO DEL: SNTP Y SINLOPP

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