PUERTO PLATA.-Agentes de la Policía Nacional al mando del coronel Boamerges Encarnación evitaron la mañana de este martes que la denominada feria que se realiza en La Pulga de Puerto Plata se llevara a cabo, como lo dispusieron el miércoles pasado las autoridades de Salud Pública de esta provincia.
Decenas de policías llegaron a tempranas horas de la mañana, procediendo de inmediato a ordenar que numerosos vendedores recojan sus mercancías, exceptuando los comerciantes que tienen sus establecimientos fijos que si están autorizados a permanecer abiertos respetando las medidas de protocolo.
El miércoles pasado, el director provincial de Salud Pública, Jhonny Tavárez, dispuso la clausura de las ventas los días martes y miércoles de manera indefinida por la aglomeración y falta de uso de mascarillas.
“Esta decisión la hemos tomado para preservar la salud de los ciudadanos, entendemos la situación de los comerciantes de ese lugar, pero en un lugar donde no se cumpla la más mínima medida entonces no puede estar abierto porque la salud está primero”, explicó Tavárez.
El funcionario dijo que a diario son enviados inspectores a ese y otros lugares a confirmar el cumplimiento del distanciamiento y el uso de mascarillas, comprobando que en muchos lugares no se están respetando.
Exhortó a los comerciantes que vienen de otros pueblos, como Dajabón y Santiago, no venir a La Pulga los martes y miércoles porque van a venir en vano. Lamentó que los comerciantes de La Pulga no colaboraran como se ha acordado en varias reuniones.
Recordó que la Ley general de Salud lo faculta para proceder a actuar en estado de emergencia para preservar la salud de los ciudadanos.
Quejas de comercios
Junior Marte, un vendedor de zapados, criticó la medida de las autoridades de Salud Pública, tras quejarse que “estos son días buenos para uno buscarse la comida”.
Mientras que más de 30 motoconchistas que los martes y miércoles improvisan una parada en plena calle, también pagaron el grito al cielo por la disposición, porque vieron su día frustrado al no tener pasajeros para trasladar.