El 15 de octubre del año 2020 escribí un artículo referente a las consecuencias del Modelo de Economía de Servicios en nuestro país. Hoy, voy a referirme al daño que causa a nuestra sociedad el acceso al dinero fácil proveniente de la corrupción en sus diversas vertientes como son: prevaricación y robo del Erario Público, tráfico de influencia y sobornos; blanqueado de bienes provenientes de: narcotráfico, trata de personas, sicariato, entre otros.
Esos factores han minado la base para la sana convivencia que son los buenos valores. Basta pensar en el desamor que muestra un alto porcentaje de la población joven hacia el trabajo honesto y dignificante.
A mis sesenta años y cinco meses de edad al día de hoy recuerdo con alegría haber iniciado con mi padre a los siete, las labores más duras que un ser humano pueda realizar, desde agrícolas y corte de caña hasta ventas de todo lo que los seres humanos pudieran comprar pasando por jardinero y labores en la construcción.
Mas, eso fue el motor para que ingresara y luego egresara del «Liceo Plan Reforma» con el diploma de Bachiller Técnico Profesional en el Área Comercial. Años más tarde salía de las aulas de «UTESA» como profesional de Contaduría Pública, para luego recibir el título que me acredita como MAGISTER EN ADMINISTACIÓN DE EMPRESA, de la «PUCMM».
Ese transitar con la ayuda de Dios y personas de buenos sentimientos como la Profesora Yolanda Artiles, me colocó en una empresa en la que permanecí por 23 años viéndola crecer durante 17 sin pausa y ocupé por mucho tiempo la posición más alta en mí área de conocimiento, pasando luego a donde hoy presto mis servicios, es una gratificante experiencia. Conjuntamente desde antes de cumplir 28 años, me he desempeñado como docente en la Universidad Tecnológica de Santiago (UTESA), además de dirigir la carrera de Contaduría Pública en reiteradas ocasiones (actual).
Mi trabajo honesto y humildes ingresos me dieron la oportunidad de formar mi adorada familia, procreando tres hijos todos profesionales, dos con especialidades en sus carreras y la más joven cursándola en México.
Aunque tengo un amigo casi hermano que me corrige diciendo que las excepciones no se toman como ejemplo, ante el curso fuera de rieles que trae nuestra sociedad cada uno deberá escribir parte de su hoja de vida apuntando hacia sus orígenes sin necesidad de buscar aplausos o compasión, sino para desmentir a los que dicen que trabajando honestamente no es posible sobrevivir y contribuir con la formación de un mejor entorno.
Me avergüenza ver cómo personas jóvenes, trabajando en áreas bajo techo y ambientadas hay que supervisarlos y seguirlos como si fueran vulgares delincuentes para que cumplan con sus deberes, por lo cual se le paga. Como si fuera poco, día a día calculan cuál es el monto de sus derechos adquiridos, les resulta más interesante que sentirse útiles en el empleo.
Entiendo que debemos hacer un alto para revisar el esquema de educación y formación que estamos desarrollando, desde la familia que mal educada, la escuela que peor forma y las instituciones que normalizan siguiendo unos patrones de regulación legal, que a todas luces no han dado buenos resultados.
Esa realidad se vislumbra desde el más humilde obrero hasta profesionales que pagan las consecuencias por las deficiencias de nuestro sistema educativo, que no cuenta con las herramientas ni métodos para desarrollar las capacidades de pensamiento y análisis de sus usuarios.
Al proyectar la sociedad del futuro que legaremos, encontramos que esos serán los padres de las generaciones venideras que deberán continuar el desarrollo de lo que hasta ahora hemos logrado, y si no corregimos la animadversión y el desamor por el trabajo honesto, de igual manera que la inclinación hacia el dinero fácil y los malos valores el resultado será igual al que se logra al echar a andar un barco sin capitán o un avión sin piloto.
ROQUE J. DE LEON B. (MAE)
DIPLOMADO EN TECNICAS DE COMUNICACIÓN SOCIAL INTEGRAL
MIEMBRO DEL: SNTP Y SINLOPP