“Piperos” realidad social fruto del modelo económico de servicios

Roque De León

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Existen situaciones que deben ser asumidas y analizadas por la sociedad hasta descubrir sus raíces para en una alianza estratégica con las autoridades correspondientes, buscar una solución que benefice a todos por igual; es el caso de los enfermos degenerativos por la adicción al consumo de sustancias prohibidas: “Los Piperos”.

Para la provincia de Puerto Plata con el arribo a nuestro viejo Puerto del primer barco crucerista el “Boheme” transportando aproximadamente 1,800 turistas el día 15 de marzo del año 1970 marca el inicio de una nueva época, dábamos el primer paso para transformar nuestra Economía de primaria-industrial a una Economía de Servicios.

En ese momento entre alegrías y celebraciones sentíamos como se expandían los beneficios y el bienestar de la actividad del turismo de cruceros a diferentes segmentos de la población, crecían las actividades: financieras-bancarias y de casa cambistas; las rentcars, rentmotors y alquileres de caballos y la expresión del folklor a través del ingenio y creatividad de nuestra gente expuestos en sus obras artesanales.

Pero, por el otro lado de manera indiscriminada se desarrollaba la prostitución, incluida la infantil, homosexualidad y lo que es peor, el consumo de sustancias prohibidas (drogas) ante la mirada indiferente y complaciente de las autoridades de ese momento.

Se incrementaba la delincuencia nacional e internacional incluido con ello el macro y micronarcotráfico, eso incentivó a que un porcentaje de las mujeres que ejercían la prostitución como medio de vida, de igual manera parte de los Guías Turísticos iniciaron el consumo desmedido de drogas prohibidas; por una parte como transculturación y por la otra, para soportar la intensidad de su trabajo. Iniciaba de esa manera el proceso que dio origen a la figura del Pipero.

Para detener ese proceso desgarrador que ha destruido, destruye y de no tomarse las medidas correctivas y preventivas responsables seguirá destruyendo emocional y materialmente a un sinnúmero de familias que podrían parecer inocentes en nuestro entorno; la sociedad tiene que comprometerse a formar un equipo en coordinación con las autoridades, si es que las hay, y partiendo de un análisis atinado atacar el mal en su origen.

Es conmovedor ver la manera en que esos seres humanos en determinado momento de sus vidas sufren la metamorfosis de pasar de ser entes productivos, a un rápido y pregresivo estado de degradación: moral, física y mental ante la inercia provocada por su situación y la indiferencia e indolencia de todos.

En el momento que, de manera directa y frontal corresponda a familiares de las autoridades que deben prevenir las causas que originan tan odiosa realidad será cuando se comience de forma seria, planificada y decidida a buscar la solución a esa actividad destructora de seres humanos, que parece contar con el apoyo de algunos estamentos de poder, como es la comercialización y consumo de sustancias prohibidas.

Cuando seamos capaces de desnudar nuestra sensibilidad y entendimiento, ya no tendremos: familias destrozadas, jóvenes productivos convertidos en parásitos que amenazan a sus iguales y a la propiedad privada; a la vez que quedarán al descubierto los inhumanos que los usan para hacer vulgares negocios.

Es responsabilidad de la familia inculcar a sus miembros buenos valores, evitar que estos emprendan relaciones que den como resultado hijos desprotegidos y concienciar acerca de la importancia de la Salud Mental.

Como sociedad nos corresponde negociar con los administradores de los bienes del Estado y sus instituciones, la implementación de planes y políticas que prevengan las causas que conducen a la adicción por el consumo de sustancias prohibidas, de igual manera combatir con responsabilidad y respeto el mal cuando ya existe.

Nuestra población joven con su desarrollo humano, mental e intelectual tiene que refrendar el esfuerzo que hace la familia en la búsqueda del bienestar colectivo; a la vez que, entienda que el consumo de drogas prohibidas sólo les conducirá a convertirse en un “Pipero” más.

Entendamos que solucionar ese mal social es responsabilidad de todos y aprendamos de los errores ajenos!!

ROQUE J. DE LEÓN B. (MAE)
DIPLOMADO EN COMUNICACIÓN SOCIAL INTEGRAL
MIEMBRO DEL: SNTP Y SINLOPP

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