Por: Héctor Jerez
PUERTO PLATA.-Esta es la oportunidad, es el momento, no debemos desaprovechar la coyuntura, preciso es tensar el musculo de la patria y trabajar, juntos hagamos que sea realidad.
Las opiniones insensatas, carentes de un juicio complejo, sobre las jugadas estratégicas del presidente Luis Abinader y su equipo, sobre el caso de Haití, me empujan a poner en circulación algunas consideraciones urgentes.
El fanatismo político en un caso y el deseo descontrolado de retornar al poder por otro lado, empujan a algunos a verter declaraciones que, en esencia, atentan con la integridad y salud de la soberanía de la nación, esa tan amada y defendida por Gregorio Luperón, Duarte, los Restauradores y todo un pueblo hijo de su descendencia.
La decisión del ciudadano presidente, de cerrar por aire, tierra y mar la frontera y, además, movilizar una parte de la armada a la frontera, tuvo un importante valor estratégico, que se convierte de algún modo, en un gran reto país, para empezar a subsanar, vicios atávicos, que por años se han anidado en zonas de confort del pueblo, donde ha venido creciendo el pajaro que amenaza la integridad de la soberanía de la nación.
Veamos los elementos desencadenados de tan brillante y audaz jugada presidencial. Puso en la agenda de la ONU, la necesidad de la intervención de una fuerza capaz de restaurar la paz y organizar el estado en el hermano y vecino país de Haití.
La paz en Haití es de importancia estratégica para nuestro país, no es bueno que tu vecino viva en un estado de guerra, de inseguridad, eso te acarrea muchas situaciones no deseadas.
Por otra parte, ese movimiento en el tablero geopolítico, ha vuelto la mirada hacia la frontera como espacio territorial al que debemos desarrollar económicamente, proteger la propiedad de su suelo, evitar la despoblación del territorio, restaurar su cultura y cosmovisión de la patria y la nación.
De igual manera, nos ha empujado no solo a buscar nuevos mercados para nuestros productos lo que estratégicamente, nos hace relativamente, no dependiente del territorio en que, en las mentes de algunos sujetos de poder, nos perciben no solo como ocupantes de su tierra sino también, culpable de todos sus males, para quienes citando a Martí, tienen los más oscuros y siniestros pensamientos.
En tal virtud, tiene, guardando distancias, igual sonido que el grito de Capotillo, la expresión, retadora y comprometedora del ciudadano presidente de que: ¨La Frontera no será la Misma¨, jamás, agrego yo.
Es hora de retomar el cultivo del amor a la patria, el celo por nuestra soberanía, lo que no implica, no ser solidario, compasivo y misericordioso, con el hermano que esta del otro lado del masacre, a quien debemos colaborar en su proceso de demarcación de la pobreza.
No menos importante es, la oportunidad de regularizar la presencia de sus ciudadanos en nuestro suelo, cosa que nos envuelve a todos y también, apunta a la revalorización de la no dependencia de su mano de obra, lo que no significa que no le permitamos participación en el proceso de producción de nuestras riquezas.
Hay, tal vez con más claridad que ayer, nos damos cuenta que no basta el himno nacional cantado en las escuelas y colocarlo todos los días al medio día por las diferentes emisoras del país, para forjar el amor a la patria, hacen falta otras acciones que debemos empezar a construir a partir de esta experiencia.
¡!!En hora buena, mostrar que somos, solidario, generosos, misericordiosos y compasivos pero, también, sensatamente y profundamente PATRIOTA!!!