PUERTO PLATA.-El Loro, así le conocían a Bienvenido Peña Genao, quien permaneció de manera ininterrumpida por 60 años en los alrededores del antiguo Parque Central hoy Plaza Independencia, de esta ciudad, limpiando zapatos; una humilde labor de la que nunca se avergonzó y con la cual levantó su familia.
Y es que el pasado 25 del presente mes, Genao falleció a los 70 años de edad, tras permanecer por 15 días en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Docente Universitario Ricardo Limardo, en donde fue llevado tras sufrir un infarto cuando se emocionó mientras observaba un partido de su equipo Los Tigres del Licey en el Round Robin del torneo de béisbol.
Considerado como un hombre honesto y de ejemplo de trabajo para su familia y muchas generaciones de la ciudad de Puerto Plata, El Loro inició a los diez años su humilde labor de limpiabotas en la puerta de la Catedral San Felipe. Por allí desfilaros miles de ciudadanos a requerir su servicio, el cual lo hacía con amor y cuidadoso para que los clientes quedaran satisfechos.
Nacido en el año 1949, los restos de El Loro fueron velados en la Funeraria Municipal de esta ciudad y sepultados la mañana de este domingo en el cementerio municipal, en donde decenas de amigos y allegados acompañaron a la familia, no a decirle adiós, sino un hasta luego.
Para su hija mayor, Yajaira Peña Quintana, no existen palabras para definir a un hombre que con su humilde trabajo educó y llevó el sustento de toda una familia que hoy lamenta su partida, pero que siente orgullo del legado que ha dejado en esta sociedad.
“En esos alrededores (en el parque) se mantuvo siempre, ahí siempre era su espacio de trabajo, de su labor como limpiabotas nos sustentó a todos, fue hombre excepcional e indescriptible”, valoró Peña Quinta a su padre El Loro.
Por ser un ejemplo para su pueblo, El Loro, el limpiabotas del parque, logró que varias instituciones le reconocieran por su trabajo decente, entre estas el Ministerio de Turismo, empresarios y personalidades públicas.
Su familia
Además de Yajaira, su hija mayor, sobreviven la esposa de El Loro, la señora Carmen Milagros Quintana (La Gombra); También sus hijos Mónica Peña Quintana y Ariel Hernández.
De igual manera, sus nietos Giraldi, Giorgina, Hasly, Yajaira, Yunior y Jostin.
Un espacio vacío queda en la Plaza Independencia como dice la canción del cantautor y poeta argentino Alberto Cortez titulada “Cuando un amigo se va”, puesto que ya el popular El Loro no estará físicamente brillando los zapatos de tantos ciudadanos que acudían a donde él en busca de su fino trabajo.