WASHINGTON (AP) – Estados Unidos e Irán retrocedieron desde el borde de una posible guerra el miércoles, ya que el presidente Donald Trump indicó que no respondería militarmente después de que nadie fue dañado en el ataque con misiles de Irán contra dos bases iraquíes que albergan tropas estadounidenses.
Hablando desde la Casa Blanca, Trump parecía decidido a desescalar la crisis, que alcanzó una nueva altura después de que autorizó el asesinato selectivo la semana pasada del general Qassem Soleimani, jefe de la élite de la Fuerza Quds de Irán.
Irán tomó represalias durante la noche con su asalto más directo contra Estados Unidos desde la toma de la Embajada de los Estados Unidos en Teherán en 1979, disparando más de una docena de misiles desde su territorio contra las instalaciones de los Estados Unidos.
Trump acreditó un sistema de alerta temprana “que funcionó muy bien” por el hecho de que ningún estadounidense o iraquí fue asesinado. Agregó que los estadounidenses deberían estar “extremadamente agradecidos y felices” con el resultado.
Trump, que enfrenta una de las mejores pruebas de su presidencia, dijo el miércoles que Irán parecía estar “retirándose” y dijo que la respuesta de Estados Unidos sería establecer nuevas sanciones económicas “hasta que Irán cambie su comportamiento”.
Los ataques habían empujado a Teherán y Washington peligrosamente cerca de un conflicto total y pusieron la atención del mundo en Trump mientras consideraba si responder con más fuerza militar. El presidente republicano pronunció sus comentarios rodeado de sus asesores de seguridad nacional en el vestíbulo de la Casa Blanca. Se produjo después de un tweet nocturno en el que insistió “¡Todo está bien!” Después de las huelgas.